Novela de caballerías
Portada de la traducción castellana de Tirante el Blanco (en valenciano, Tirant lo Blanch, 1511, uno de los tres libros de caballerías salvados por Cervantes del fuego.
Características
Sus características esenciales son:- Ficciones de primer grado
- Los hechos tienen más relevancia que los personajes, quienes suelen ser arquetípicos y planos. Además son constantemente traídos y llevados por la acción, sin que ésta los cambie o los transforme y sin que importe demasiado su psicología.
- Estructura abierta
- Inacabables aventuras, infinitas continuaciones posibles; la necesidad de hipérbole o exageración, la «amplificación» (cada generación tiene que superar las hazañas, hechos de armas o fama de su padre). Los héroes no mueren, siempre existe un camino abierto para nueva salida. Total falta de verosimilitud geográfica, lógica. Libros larguísimos, de aventuras entrelazadas.
- Búsqueda de honra, valor, aventura a través de diferentes pruebas
- Es una estructura episódica donde el héroe pasa por distintas pruebas (como, por ejemplo, el paso del "Arco de los fieles amadores" en el Amadís) para merecer a su dama, desencantar a un palacio, o conseguir alguna honra reservada para el mejor caballero de su tiempo. Casi siempre la motivación principal del caballero es la fama y el amor.
- Idealización del amor del caballero por su dama
- Amor cortesano, servicio de la dama, idolatría masoquista; relaciones sexuales fuera del matrimonio con hijos ilegítimos, pero siempre terminan por casarse.
- Violencia glorificada
- Valor personal ganado por hechos de armas; combate individual para conseguir la fama; el valor superior implica moralidad superior, excepto jayanes (soberbios); torneos, ordalías, duelos, batallas con monstruos y gigantes. Como contrapunto, masoquismo amoroso.
- Nacimiento extraordinario del héroe
- Hijo ilegítimo de padres nobles desconocidos, muchas veces reyes; tiene que hacerse héroe, ganar fama y merecer su nombre; muchas veces tiene espada mágica u otros poderes sobrehumanos, y goza de la ayuda de algún mago o hechicero amigo.
- Ideal cristiano de una Guerra Sagrada contra los turcos
- Cruzada para defender Constantinopla (perdida de verdad en 1453). Evocación nostálgica de la Reconquista (terminada en 1492).
- Geografía totalmente fantástica
- Viajes a nuevas tierras; monstruos como el Endriago, gigantes, pueblos paganos con ritos extraños; barcos encantados que pueden navegar distancias enormes en una hora; palacios mágicos, lagos encantados, selvas misteriosas.
- Tiempos históricos remotos, míticos
- Sin referencias a circunstancias históricas sociales contemporáneas.
- Tópico de la falsa traducción
- Los libros se presentan como traducidos de originales escritos en griego, alemán, inglés, toscano, árabe u otras lenguas, o como "manuscritos encontrados" después de largo tiempo ocultos o enterrados.
Series o ciclos de libros de caballerías
Los sesenta y tres libros de caballerías, de los cuales hubo numerosas ediciones y traducciones, se suelen clasificar, a partir de eruditos del siglo xix, en pertenecientes a ciclos o sueltos. Los ciclos principales, que pueden contener otros subciclos, son los siguientes:- Ciclo de Belianís de Grecia
- Ciclo de Clarián de Landanís
- Ciclo de la Demanda del Santo Grial
- Ciclo de Espejo de caballerías
- Ciclo de Espejo de príncipes y caballeros o El caballero del Febo
- Ciclo de Felixmagno
- Ciclo de Florambel de Lucea (Francisco de Enciso Zárate)
- Ciclo de Florando de Inglaterra
- Ciclo de Floriseo
- Ciclo de Lepolemo o el Caballero de la Cruz
- Ciclo de Morgante (Traductor-autor: Jerónimo Aunés)
- Palmerín de Inglaterra (Traductor-autor: Miguel Ferrel)
- Ciclo de Palmerín de Oliva
- Ciclo de Renaldos de Montalbán
- Ciclo de Tristán de Leonís
Los ciclos mayores
Primera edición del Amadís de Gaula de Garci Rodríguez de Montalvo, impreso en Zaragoza por Jorge Coci en 1508.
Aparte del ciclo de Amadís de Gaula, el más popular en España y Portugal fue el de los Palmerines, iniciado con la obra Palmerín de Oliva (Olivia según la primera edición), atribuida a Francisco Vázquez y continuada en español por el mismo Vázquez en Primaleón y al parecer por Francisco de Enciso Zárate en Platir. En portugués, el Primaleón fue continuado por Francisco de Moraes en el célebre Palmerín de Inglaterra, éste por Diogo Fernández en Duardos de Bretaña, y éste a su vez por Baltasar Goncalves Lobato en Clarisol de Bretaña. En Italia también se publicó una serie de obras que continuaba el ciclo de los Palmerines.
Otros ciclos populares fueron los de Clarián de Landanís, del que se conservan cinco libros impresos, aunque aparentemente fueron siete; y el del Espejo de Príncipes y Caballeros o El Caballero del Febo, del que subsisten cuatro libros impresos y uno manuscrito.
Ciclos menores, obras independientes y traducciones
Además de estos grandes ciclos, a lo largo del siglo xvi se publicaron en España numerosos libros de caballerías pertenecientes a ciclos menores o que eran obras independientes. Entre ellos cabe mencionar Arderique, Belianís de Grecia, Cirongilio de Tracia, Claribalte, Cristalián de España, El caballero del Febo el troyano, Félix Magno, Felixmarte de Hircania, Florambel de Lucea, Florando de Inglaterra, Florindo, Floriseo y su continuación Reymundo de Grecia, Lepolemo o El Caballero de la Cruz, Lidamor de Escocia, Olivante de Laura, Philesbián de Candaria, Polindo, Rosián de Castilla y Valerián de Hungría. En español, la última obra de este género fue Policisne de Boecia, publicada en 1602. Otras, como Adramón, Bencimarte de Lusitania, Claridoro de España, Clarisel de las Flores y su reelaboración parcial Filorante, El Caballero de la Luna, Flor de caballerías, León Flos de Tracia, Marsindo, Polismán de Nápoles y Lidamarte de Armenia, quedaron inéditas, mientras que del manuscrito de Clarís de Trapisonda solamente se conservan dos folios. También se sabe de la existencia de varios de los que no se conserva ningún ejemplar, como Leoneo de Hungría, Leonís de Grecia, Lucidante de Tracia y Taurismundo.En Portugal tuvo una especial popularidad la obra Clarimundo, que llegó a reimprimirse incluso hasta fines del siglo xviii.
En algunos estudios sobre los libros de caballerías españoles se incluyen también la obra medieval El Caballero Zifar y especialmente la famosa novela valenciana Tirant lo Blanch, de Joanot Martorell, que fue publicada por primera vez en 1490 e impresa en castellano en 1511. También se han estudiado como parte del género diversas obras francesas e italianas, traducidas al castellano, y que relatan aventuras legendarias de los caballeros del Rey Arturo, como El Baladro del sabio Merlín, La demanda del Santo Grial, Tablante de Ricamonte y Jofre y Tristán de Leonís, o de los legendarios paladines de la corte de Carlomagno, como La historia del emperador Carlomagno y de los doce pares de Francia, Reinaldos de Montalbán, Guarino Mezquino, Morgante y Espejo de caballerías. La versión española del Tristán francés fue continuada en España en una obra conocida como Tristán el joven y los dos libros del Espejo de caballerías, refundición y arreglo de obras italianas, fueron continuados en español en un tercer volumen. Otra obra francesa cuya traducción fue muy popular en España fue Oliveros de Castilla. En Portugal, los continuadores del ciclo artúrico produjeron la obra Triunfos de Sagramor y los del carolingio prosiguieron La historia del emperador Carlomagno y de los doce pares de Francia en varias obras más.
Cronología de las primeras ediciones
- Los cuatro libros del virtuoso caballero Amadís de Gaula. (La primera edición conocida es de Zaragoza, Jorge Coci, 1508, pero hay indicios de que hubo una anterior, quizá de Sevilla, hacia 1496)
- Garci Rodríguez de Montalvo, Las sergas de Esplandián. (Edición príncipe anterior a 1510, quizá de Sevilla, hacia 1496)
- Baladro del sabio Merlín con sus profecías. (Burgos: Juan de Burgos, 1498)
- Oliveros de Castilla y Artús Dalgarbe. (Burgos: Fadrique Biel de Basilea, 1499)
- Adramón (manuscrito, principios del siglo xvi)
- Tristán de Leonís. (Valladolid: Juan de Burgos, 1501)
- Ruy Páez de Ribera, El sexto libro del [...] rey Amadís de Gaula [...] [y] Florisando [...] príncipe de Cantaría su sobrino fijo del rey don Florestán. (Salamanca: Juan de Porras, 1510)
- Francisco Vázquez, Palmerín de Oliva. (Salamanca: Juan de Porras, 1511)
- Joanot Martorell, Tirante el Blanco. (Valladolid: Diego de Gumiel, 1511)
- Francisco Vázquez, Primaleón. (Salamanca: Juan de Porras, 1512)
- La corónica de los nobles cavalleros Tablante de Ricamonte & Jofre hijo del conde Donasón. (Toledo: Juan de Varela de Salamanca, 1513)
- Feliciano de Silva, Lisuarte de Grecia. (Séptimo libro de Amadís, 1514)
- Demanda del Santo Grial. (Toledo: Juan de Villaquirán, 1515)
- Fernando Bernal, Floriseo. (Valencia: Diego de Gumiel, 1516)
- Anónimo, Libro del esforzado caballero Arderique. (Valencia: Juan Viñao. 1517)
- Gabriel Velázquez de Castillo, Clarián de Landanís (1518)
- Jerónimo López, Clarián de Landanís (libro II, Floramante de Colonia) (Edición perdida, impresa entre 1518 y 1524)
- Gonzalo Fernández de Oviedo, Claribalte (Valencia: Juan Viñao, 1519)
- Leoneo de Hungría, (Toledo: 1520)
- Alonso de Salazar, Lepolemo, (El caballero de la cruz). (Valencia: Juan Jofre, 1521)
- Álvaro de Castro, El segundo libro del muy valiente y esforçado cavallero don Clarián de Landanís (Libro segundo de la Parte I) (Toledo: Juan de Villaquirán, 1522)
- Libro del noble y esforçado cavallero Renaldos de Montalbán. (Toledo: Juan de Villaquirán, 1523)
- Jerónimo López, Clarián de Landanís (Libro III, El Caballero de la Triste Figura) (Toledo: Juan de Villaquirán, 1524)
- ¿Fernando Bernal?, Reymundo de Grecia. Libro tercero de la historia del rey Floriseo. (Salamanca: Alfonso de Porras y Lorenzo Liondedei, 1524)
- Pedro López de Santa Catalina, Espejo de caballerías (libro I) (Toledo: 1525)
- Juan Díaz, Lisuarte de Grecia, El octavo libro de Amadís que trata de las extrañas aventuras y grandes proezas de su nieto Lisuarte y de la muerte del ínclito rey Amadís. Sevilla: Juan y Jacobo Cromberger, 1526)
- Primer libro de don Polindo. Historia del invencible cavallero don Polindo, hijo del rey Paciano rey de Numidia & de las maravillosas fazañas y estrañas aventuras que andando por el mundo acabó por amores de la princesa Belisia, fija del rey Naupilio rey de Macedonia. (Toledo: Miguel de Eguía (?), 1526)
- Pedro López de Santa Catalina, Espejo de caballerías (libro II) (Toledo: 1527)
- Jerónimo López, Clarián de Landanís (Libro IV, Lidamán de Ganail). (Toledo: Gaspar de Ávila, 1528)
- MIO CIDFeliciano de Silva, Amadís de Grecia. (Noveno libro de Amadís) (Cuenca: Cristóbal Francés, 1530)
- Fernando Basurto, Florindo. (Zaragoza: Pierre Hardouin, 1530)
- Félix Magno, (Barcelona: Carles Amorós, 1531)
- Francisco de Enciso Zárate, Florambel de Lucea. (Partes I-III) (Valladolid: Nicolás Tierri, 1532)
- Feliciano de Silva, Florisel de Niquea. (Décimo libro de Amadís) (Valladolid: Nicolás Tierry, 1532)
- Platir, (Valladolid: Nicolás Tierry, 1532)
- La Trapesonda que es tercero libro de don Renaldos. (Sevilla: Juan Cromberger, 1533)
- Juan de Córdoba, Lidamor de Escocia. (Salamanca: ¿Juan de Junta?, 1534)
- Lucidante de Tracia. (Salamanca: ¿Juan de Junta?, 1534)
- Tristán de Leonís el joven. (Sevilla: Dominico de Robertis, 1534)
- La demanda del Sancto Grial con los maravillosos fechos de Lançarote y de Galaz su hijo. El primero libro. El baladro del famosíssimo profecta & nigromante Merlín con sus profecías. (Sevilla: 1535)
- Feliciano de Silva, Rogel de Grecia. (Undécimo libro de Amadís) (Medina del Campo: ¿Pierres Tovans?, 1535)
- Dionís Clemente, Valerián de Hungría. (Valencia, Francisco Díaz Romano, 1540)
- Jerónimo Fernández, Libro primero de don Belianís de Grecia. (Sevilla: 1545)
- Feliciano de Silva, Florisel de Niquea. (Décimo libro de Amadís) (Valladolid: Nicolás Tierry, 1532)
- Bernardo de Vargas, Cirongilio de Tracia, (Sevilla: Jacobo Cromberger, 1545)
- Beatriz Bernal, Cristalián de España. (Valladolid: Juan de Villaquirán, 1545)
- Philesbián de Candaria, (Medina del Campo: 1542)
- Florando de Inglaterra (Lisboa: Germán Gallarde, 1545)
- Jerónimo Fernández, Libro primero de don Belianís de Grecia. (Sevilla: 1545)
- Pedro de Luján, Silves de la Selva. (Duodécimo libro de Amadís) (Sevilla: Dominico de Robertis, 1546)
- Pedro de Reinosa, Espejo de caballerías (Libro III, Roselao de Grecia) (Toledo: Juan de Ayala, 1547)
- Feliciano de Silva, Cuarta Parte de Don Florisel de Niquea. (Libro XIII de Amadís) (Salamanca: Andrea de Portonaris, 1551)
- Pedro Hernández de Villaumbrales, El caballero del sol (Medina del Campo: Guillermo de Millis, 1552)
- Diego Ortúñez de Calahorra, Espejo de Príncipes y Caballeros (libro I) (Zaragoza: Esteban de Nájera, 1555)
- Melchor Ortega, Felixmarte de Hircania (Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 1556)
- Antonio de Torquemada, Olivante de Laura (Barcelona: Claude Bornat, 1564)
- Jerónimo de Contreras, Polismán de Nápoles (manuscrito, 1573)
- Esteban Corbera, El caballero del Febo el troyano. (Barcelona: Pedro Malo, 1576)
- Jerónimo Fernández, Belianís de Grecia (partes III-IV) (Burgos: Pedro de Santillana, 1579)
- Pedro de la Sierra, Espejo de Príncipes y Caballeros (libro II) (Alcalá de Henares: Juan Iñíguez de Lequerica, 1580)
- Joaquín Romero de Cepeda, Rosián de Castilla (Lisboa: Marcos Borges, 1586; Zaragoza: Esteban de Nájera, 1555)
- Marcos Martínez, Espejo de Príncipes y Caballeros (libros III-IV) (Alcalá de Henares: Juan Iñíguez de Lequerica, 1587)
- Francisco de Enciso Zárate, Florambel de Lucea (parte III) (manuscrito, fines del siglo xvi)
- Pedro Guiral de Verrio, Belianís de Grecia (parte V) (manuscrito, fines del siglo xvi)
- Francisco de Barahona, Flor de caballerías (manuscrito, fines del siglo xvi)
- Dámaso de Frías y Balboa, Lidamarte de Armenia (manuscrito, fines del siglo xvi)
- Juan de Silva y Toledo, Policisne de Boecia (Valladolid: herederos de Juan Iñíguez de Lequerica, 1602)
- Espejo de Príncipes y Caballeros (parte V) (manuscrito, siglo xvii)
Adversarios y partidarios de los libros de caballerías
Los libros de caballerías fueron severamente censurados por teólogos y moralistas, que incluso intentaron combatir su popularidad mediante obras llamadas libros de caballerías "a lo divino", como la Caballería celestial, El caballero del sol y Mexiano de la Esperanza, que presentaban a los lectores alegorías morales con características del género caballeresco. Sin embargo, eran muy apreciados por diversas clases sociales, y entre los aficionados a su lectura estuvieron el emperador Carlos V, Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola, y sin duda, el propio Cervantes, que tenía con ellos una extraordinaria familiaridad.Los libros de caballerías, que en los últimos decenios del siglo xvi tuvieron un notable resurgimiento, perdieron gradualmente su popularidad, al extremo de que el Amadís de Gaula no volvió a ser impreso en España sino hasta 1837. La crítica del siglo xix les fue en general hostil y los calificó de absurdos, tediosos e inverosímiles. Hoy, sin embargo, hay una corriente favorable a su estudio e interpretación, considerados de gran importancia para la comprensión del Quijote, y varios de ellos han sido publicados en ediciones anotadas.
El primer estudio general sobre los libros de caballerías españoles fue el Discurso preliminar de Pascual de Gayangos y Arce (1857), que se refirió también a los libros de caballerías portugueses. Otra obra pionera sobre la materia fue la de Henry Thomas Las novelas de caballerías españolas y portuguesas (1920, publicada en español en 1952). En años recientes destacan los valiosos trabajos de Daniel Eisenberg, María Carmen Marín Pina, José Manuel Lucía Megías y otros eruditos.
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